jueves, 5 de febrero de 2009

SEÑOR, NO TE OLVIDES DE MI


Señor, ayúdame a decir la verdad delante
de los fuertes, y a no decir mentiras
para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites felicidad.
Si me das fuerza, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites dignidad.


Ayúdame a ver siempre el otro lado de la moneda.
No me dejes acusar de traición a los demás
por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a juzgarme como a los demás.

No me dejes caer en el orgullo, si triunfo,
ni en la desesperación, si fracaso.
Más bien, recuérdame que el fracaso
es la experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte
y que la venganza es la señal primitiva del débil.

Si me quitas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito, déjame la fuerza
para triunfar desde el fracaso.

Si yo le fallara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente me fallara, dame valor para perdonar.

Señor, si yo me olvido de ti, no te olvides de mí.

Mahatma Ghandi

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